Hil kanpaiak
En los terrenos del caserío Garizmendi, Fermín ha encontrado un esqueleto enterrado. Sorprendido por el hallazgo, se lo comunica a su hijo Néstor y a su mujer Berta, que es arqueóloga. Sin embargo, cuando madre e hijo acuden al lugar a recoger el esqueleto, descubren que los huesos han desaparecido y que Fermín también. A su aviso acuden dos inspectores de la Sección Criminal, Ezpeleta y Kortazar, quien muestra especial interés por el caso, y mientras se encuentran en el caserío la campana de la ermita cercana comienza a doblar a muerto.