Años de llevar a cabo ejecuciones en el corredor de la muerte han pasado factura a la directora de la prisión, Bernadine Williams. Mientras se prepara para ejecutar a otro recluso, Bernadine debe enfrentarse a los demonios psicológicos y emocionales que su trabajo crea, conectándola en última instancia con el hombre al que está sancionada a matar.