Ángel fue marcado al nacer por una maldición que convirtió su vida en un infierno. La muerte de su madre en medio de rituales de brujería y los maltratos psicológicos y físicos de su padre llevaron a este frágil ser a crecer y convertirse en un espectro justiciero que desata una serie de hechos sangrientos allá por donde pasa. Él es El Silbón, un alma en pena con sed de venganza eterna.