No es más que el fin del mundo
Un hombre con tanto qué decir, demasiadas cosas que transmitir, mucho amor que esperar, y tal vez dar lo que por demasiados años que no pudo hacerlo. Louis llegará a su dulce hogar, luego de transcurrido doce largos años, para dar una noticia muy importante a su anhelada familia.
Louis, es un hombre joven, quien escribe novelas literarias y se considera homosexual. Todo esto, lo pensará durante el viaje, y también, en cada uno de los miembros que componen su hogar, y cuan especial han sido en su vida, que detalles han tenido o cuáles le hace falta por descubrir en ellos. Aparentemente, ha pasado mucho tiempo, y parecen ser unos completos extraños, y él también lo será.
Al llegar a su destino, encara con la realidad, casi no conoce a su hermana Suzanne, a su cuñada Catalina nunca la conoció, y menos a sus sobrinos. Pero, entre alegrías, lágrimas, peleas, sonrisas, la incapacidad de saberse comprendido, y además de sentirse profundamente solo y frustrado; deberá encontrar la manera de transmitir el dolor, y el desconcierto de informar que a sus 34 años de vida padece una enfermedad que acabará con su existencia en poco tiempo.