Paris Can Wait
Anne se encuentra casada desde hace varios años con un productor de cine muy exitoso, pero algo desatento. Es por esto, que en su crisis de los 50 años, en un viaje de Cannes a París con un apuesto socio de negocios de su marido, un trayecto que debería durar normalmente siete horas, se convierte en una aventura de dos días llenos de amor, vistas de sitios pintorescos, mucho humor, inteligencia, buenos vinos y deliciosa comida, lo que despertó los sentidos de Anne y le significó un nuevo deseo y pasión a su vida tan necesitada de emociones.